sábado, 11 de octubre de 2008

¿Sabes cuales son los mayores enemigos de la felicidad?

El miedo y el aburrimiento son los mayores enemigos de la felicidad. –Dijo Rómulo como filosofando y afirmándolo a la vez,
pero agregó contundente–. ¡El temor mata toda esperanza!; la desgana y la ansiedad desvanecen la confianza, anulan la fuerza de concentración y paralizan las iniciativas. Mira itzav, el miedo es el fatal enemigo de toda proeza, el emponzoñador de la felicidad. ¡Debes aprender a acecharlos itzav!, –me miró fijamente mientras lo reafirmaba con elocuencia–. Debes aprender a acechar a estos dos enemigos en cuanto sientas la cercanía de su contagiosa atmósfera. Existe una pléyade de enemigos que se alimentan de tu consciencia, ya hablaremos de esos otros después, antes debemos acechar y desenmascarar a esto dos principales que se atrincheran en nuestra mente, en nuestra imaginación, en nuestro falso concepto de la vida.
Hemos de ser dueños en vez de esclavos, y no hay esclavitud comparable a la del prejuicio o superstición que nos acobarda.

Miré a Rómulo y me sentí transparente. De pronto tuve la sensación de estar moviéndome y deslizándome en espiral por un agujero negro. La sensación de deslizarme se prolongó un momento más y luego todo quedó en claro.
Don Rómulo me sacó de mis pensamientos espiralizados y dijo, –¡Ambos somos un fraude! –aseveró–. ¡Acuerdate! Y todo te será claro.

–Realmente no comprendo por qué dice usted que somos un fraude, Rómulo –protesté.


–El hombre y la mujer deben de ser capaces de aprender a gobernar el reino de sus mentes. Deben de ser capaces de abrir y cerrar las puertas de este reino para acoger o desterrar los pensamientos a su albedrío. Miles de gentes fallecen cada año por abatimiento de espíritu, esperanzas desvanecidas, ambiciones truncadas y agotamiento prematuro.

–Me miró medio risueño y explicó–. –Todavía no hemos aprendido a fomentar aquella elevada e inteligente jovialidad, propia de las almas escogidas que confían en su poder personal, del conocimiento del ahorro de energía; aquella placidez de ánimo y vigor, que es la más eficaz medicina contra las enfermedades de la humanidad. No hemos aprendido todavía que la aflicción, la ansiedad y el temor son los mayores enemigos de la vida humana, contra los que hemos de oponer toda nuestra resistencia. Sin la placentera jovialidad que constituye la normal atmósfera de nuestro sér, no es posible mantener sanos mente y cuerpo.
Además, si no logras ser feliz en el infortunio, no lo serás en ninguna otra circunstancia.
Así las cosas itzavito, –dijo con vehemencia–.
–Lo mejor será elevar cuanto nos sea posible nuestro exponente físico, mental y moral desde su ordenanza, desde el corazón a fin de que el tedio, el temor y la ansiedad no hallen en nosotros sitio para consumir nuestra consciencia, nuestra vitalidad, y nuestro vigor.

–Romulo dejó de hablar y me miró abstraído con un destello que me paralizó los pensamientos, luego exclamó sonriente–
–¡Yo ya hablé mucho!, ahora tú platícame algo trascendente itzav. –He de decir que su tono no me gustó, su sarcasmo parecía gracioso a la vez–.

Pues qué le puedo platicar que usted no lo sepa, además usted parece leerme el pensamiento –dije– un tanto molesto por esa irrupción ese acceso a mis pensamientos sin saber como evitarlo.

Rómulo me observó calculadoramente y dijo al quitarse el sombrero y peinarse con los dedos. –Somos vínculos de conexiones con el intento, porque debes aprender a ver y sentir con los ojos, y no solamente a mirar como lo hacen los demás. Tener una intensa conciencia de ti mismo y una falta total de pensamientos, eso es conciencia acrecentada. Mira itzavito, las posibilidades de los seres humanos son tan bastas y misteriosas, que en vez de pensar en ellas deben explorarlas, sin esperanza de entenderlas jamás.

Rómulo agregó de forma poética

Son los ojos aunque de multiples colores
destellos de vida, y amor
y tienen memoria propia.

Los ojos están vínculados al intento,
como las flores a la tierra,
la verdad es que los ojos
sólo están superficialmente conectados
con el mundo de las realidades ordinarias.

Su conexión más profunda
es con lo abstracto.
Así percibes otras realidades
pero no ordinarias.

La abstractonomía itzavito
es conciencia acrecentada.

Es saber ver desde el corazón
y sentir desde los ojos al corazón,
es nuestro vínculo, es nuestra conexión.

¡Si, señor raíz con fundamento!

¡Debes acordarte! itzav, itzav-balam


Muchas gentes parecen incapaces de desechar el miedo de su mente, —dijo con un dejo de ironía–, –Si son pobres, se figuran que con salud y dinero no tendrán miedo a nada ni volverían a sentir el tedio. Pero cuando obtienen lo que apetecían continúa persiguiéndolos el mismo enemigo, aunque en otra forma.
Y si son ricos peor, pues viven con más miedo de perder lo ganado.
Eliminar el miedo y el aburrimiento es la consigna, en el momento en que descubres cómo neutralizar a estos dos destructores de la dicha, te conviertes en un guerrero que aprende a acecharlos para dejar de reprimirte tu natural expresión, ¡Expresionarte itzavito!, ¡expresionarte!, es cambiar la actitud mental reprimida por el miedo para que puedas emprender cosas en las que confiabas plenamente en llevar a cabo. Hacer lo que te gusta hacer, dialogando con tu corazón, ...¿Entendites?, –Si, claro que entendí.
–Su filosofía era clara, «hacer lo que nos gusta hacer de manera correcta y siempre en acecho».

La eliminación de estos enemigos –dijo— determina el realzamiento y mejora del carácter, de modo que antes, en un tiempo debil, vacilante y temeroso inútil para toda empresa, es hoy varón o hembra fuerte, vigorosos y confiados.
Al desechar el miedo han puesto en actuación su energía latente han usado el «dinamisme», el Ollinixtli, han abierto sus ojos con enorme acrecentamiento de fuerza espiritual que desborda desde el corazón supeditando ahora con la ordenanza que nace desde el corazón en equilibrio con la fuerza mental, usando el "ver y sentir con los ojos". Usan «dinamisme» para hacer en un mes lo que antes hacían en un año. Es interesante itzavito, el "ver y sentir con los ojos", pero ya hablaremos de eso después.
Debemos desvanecer de nuestros pensamientos todo temor y tedio. Si los que están al fin de su vida miran atrás, echarán de ver que jamás ocurrieron aquellas desgracias cuyo temor les envejeció prematuramente, robándoles la alegría que causa el contento y del saber vivir.

Desde los albores de la historia hasta nuestros días ha torturado a la humanidad un espectro ilusorio, una mera forma mental, un encharcamiento de la imaginación: el miedo, ...el temor.
¡Ya no más itzavito! , ...¡ya no más!

Ahora nosotros podemos decidir desde nuestros corazones usando el «dinamisme» el Ollinixtli.