Es indudable que necesitamos un sistema educativo más revolucionario. Para toda América latina, hispanos o el mundo en general.
Que esté basado en principios y altos valores más dinamizados para evolucionar y no quedarnos estancados individualmente.
Debemos despertar como una unidad sólida, una estructura de gente apta y con un propósito claro y enfocando nuestra atención y nuestra intención en evolucionarlo.
Nosotros somos parte de ese despertar y es muy importante hacer política, más política, mucha política sacudir a nuestros gobernantes.
Organizar las verdaderas ideas que nos ayuden a construir un solo rostro, un rostro sabio, y un corazón verdadero. Como individuos y como parte del rostro de una nación que se va ir integrando conforme evolucione y despierte en una sólida unidad. Con rumbo verdadero.
En sus corazones reside el poder de la transformación, de la transmutación a una realidad más plena y dichosa.
Nacemos con el derecho a ser felices, con el derecho a disfrutar de la vida. No estamos aquí para sufrir. Y nuestros gobernantes compiten por ver quien es más mentiroso. Mintiéndonos y engañándonos magistralmente. Por eso debemos despertar, ¡Ya!.
Nuestras religiones nos dicen que hemos venido aquí a sufrir, que la vida es un valle de lágrimas.
Si continuamos haciendo las mismas elecciones, continuaremos sufriendo, el sueño que hemos creado como humanidad ¡No es evolución!
El cielo y el infierno están aquí y ahora. No necesitas esperar a morirte.
No es verdad que tras la muerte se viva en el cielo o en el infierno.
El cielo y el infierno sólo existen a un nivel mental.
Si sufrimos ahora, cuando muramos seguiremos sufriendo, porque la mente no se muere con el cerebro. El sueño continúa, y cuando nuestro sueño tiene lugar en el infierno, nuestro cerebro muere y seguimos soñando en el mismo infierno. La única diferencia entre estar muerto y estar dormido es que, cuando dormimos nos despertamos porque tenemos un cerebro. Cuando morimos, no podemos despertar porque el cerebro ha dejado de funcionar, pero el sueño está ahí.
Pero no lo sabes gobernar.
Es indudable que entonces nacemos crecemos nos reproducimos y morimos sin haber aprendido a gobernar nuestro sueño, vitalmente importante para poder evolucionar, y como vitalmente importante es el de aprender a mover nuestro enfoque de percepción hacia una humanidad más integrada y organizada con sabiduría, no con enajenación y pérdida de los valores.
Si dejamos que esto siga, entonces tendremos culpa de nunca haber podido hacer algo para trascender como personas y como humanidad.
No debemos dejar que la libertad sea confundida con libertinaje y depravación. Nuestros niños son el blanco, son el objetivo, debemos impedir que nos sigan dominando bajo disfraces.
Las ideas son para construir, no para destruirnos.
La sabiduría no tiene nada que ver con el conocimiento; tiene que ver con la libertad. Cuando eres sabio, eres libre de utilizar tu propia mente y de dirigir tu propia vida.
Si en un individuo, familia, o una sociedad que se dice inteligente o en proceso de evolución permite que el cáncer de la pornografía, zoofilia, pederastía y demás cánceres entren en nuestros hogares y estén enfermando desvastadoramente y depravando a nuestros hijos, hermanos o familiares y amigos domesticándolos en esas creencias, entonces somos culpables por no hacer nada.
Revolucionar la educación y dinamizarla hacia el desarrollo de ideas constructivas que sirvan para hacernos evolucionar.
Toltécatl es (artista del espíritu) todos nosotros somos toltecátls.
El Ollinixtli «dinamisme» sirve para abrir nuestros ojos espirituales y actuar en consecuencia, superándonos para evolucionar.
Cuando aprendemos escuchar a nuestro corazón abrimos nuestros ojos espirituales y le damos un rostro propio, es entonces que nuestro rostro se vuelve sabio con un corazón verdadero. itzav-balam.